jueves, 28 de abril de 2011

Lo que (no) debe ser una televisión pública.

Estos últimos días (bueno, a decir verdad ha sido desde siempre, pero estos últimos días se está intensificando en exceso) todos los catalanes podemos comprobar lo que no debe ser una televisión pública. Es decir, lo que es, en la actualidad, TV3.

Mi análisis y crítica no va dirigido a los contenidos de películas o series que la cadena pueda emitir, ya que la opinión sobre tales puede ser más o menos objetiva. A unos les gustará un tipo u otro y nunca nos pondremos de acuerdo todos sobre si son dignas de emisión o no.

A lo que me refiero es a la calidad periodística de dicho canal. Y, en especial, al apartado de los deportes. Si bien es sabido que Catalunya es más que un club (aunque algunos no lo tienen del todo claro), a la hora de la verdad, en la televisión pública (que, por lo tanto, pagamos todos), esta noción “ni está ni se la espera”, como diría aquél. Si ya es complicado ver u oír noticias sobre uno de los dos equipos de Primera División catalanes (el RCD Espanyol) ya es prácticamente imposible ver o escuchar ninguna mención a los dos equipos catalanes de Segunda División A (Girona i Gimnàstic de Tarragona). Y no continuemos bajando de categoría, que nos lanzamos hacia un agujero negro.

Evidentemente, solo menciono el fútbol, porque hablar de otro deporte es sorprendentemente difícil en la televisión pública. A no ser, claro está, que se haga referencia a alguna de las secciones que el FC Barcelona tiene en los diversos deportes. Entonces sí, ya sea baloncesto, hockey o balonmano, se habla. ¿Y el DKV Joventut, el Assigna Manresa, el Noia Freixenet, el Reus Deportiu, el BM Granollers, etc? No sabe o no contesta.

Doy por sentado que de todo en un apartado de noticias deportivas no se puede hablar todos los días. Pero una cosa es eso y otra cosa es hacer un monográfico de prácticamente 30 minutos sobre un Real Madrid-FC Barcelona (ida) de la Champions League. Vale que sea un clásico. Vale que sea la Champions. Pero no es motivo suficiente como para hacer un monólogo sólo de eso con la excepción de 15 segundos para explicar el partido Schalke 04 – Manchester United.

Por último, de las retransmisiones deportivas mejor no hablar. Da hasta repulsa ver el fanatismo con el que algunos periodistas de TV3 realizan la retransmisión de según qué partidos del FC Barcelona y con qué desprecio e, incluso, humillación tratan a según qué equipos rivales, en especial, al Real Madrid. Recordemos que se trata de periodistas que, si una cosa han de tener por cabecera, es ser imparciales. Y más si hablamos de una televisión pública, la cual, recordemos nuevamente, pagamos todos, incluso los seguidores de equipos como el Real Madrid.

Imagino que para paliar ese defecto, recientemente se ha puesto en marcha el canal Esport3 que, en teoría, da información sobre todos los deportes y sobre todos los equipos. Esperemos que esa sea la verdadera función del canal y que no se pervierta en un reguero de programas promocionales de la vida, obra y milagros del FC Barcelona.

En esencia, lo que quiero decir es que una televisión pública debe emitir contenidos con los cuales se puedan sentir identificados todos los que pagan ese canal y no sólo unos cuántos. Lo que no debe hacer nunca es fanatismo y apología de un club determinado. Eso no es un servicio público. Eso es ser la Secretaría de Comunicación de dicho club.

martes, 19 de abril de 2011

Lost (Perdidos)


A tientas. Sin rumbo fijo. Así es como está actualmente el Govern de Artur Mas. Salta a la vista que no tienen una idea clara de qué hacer con Catalunya, a pesar de lo –supuestamente– claras que tenían las ideas antes de llegar al poder.

Los primeros cien días del Govern de CiU se han caracterizado por continuos despropósitos. Primero fue la matización de que la zona de restricción de velocidad a 80 km/h alrededor de Barcelona no se podría eliminar del todo puesto que la contaminación no lo permitía (¿y eso no se sabía antes?). Actualmente no se sabe a ciencia cierta si se podrá quitar definitivamente debido a los continuos cambios de opinión que ha tenido el Govern al respecto. Otros ejemplos son, por ejemplo, que el Grupo Parlamentario de CiU en el Congreso votara justamente lo contrario que el Govern, más tarde, dijo sobre la enmienda que favorecía a los concesionarios de coches respecto a los fabricantes. La independencia no se libra, puesto que no es solo que CiU no tenga una posición clara al respecto, sino que la propia Consellera de Justicia, la desconocida Fernández Bozal, primero estaba en contra (condujo un recurso contra la primera consulta independentista donde lo comparaba con dar apoyo a los etarras) y ahora se muestra a favor.

Siguiendo con la lista podemos continuar, por ejemplo, con los continuos recortes que se están haciendo desde las diversas consellerías del Govern. Recortes que afectan a los pilares básicos del Estado del Bienestar como son educación y sanidad. Recortes que, muchos de los cuales, son enmascarados bajo la etiqueta de “tenemos que hacerlo porque no tenemos dinero” pero que responden a la voluntad intrínseca privatizadora que tienen todos los gobiernos de derechas.

No me creo yo que se tengan que hacer tantos recortes ni tampoco que la Generalitat tenga tan poco dinero, máxime cuando se están eliminando impuestos que generan bastantes ingresos a la Generalitat como son el de sucesiones y donaciones (la Generalitat dejará de recaudar algún que otro centenar de millones de euros) y la rebaja, que ha planteado en los últimos días el Conseller Mas-Colell, del Impuesto del IRPF para las clases altas (con lo que la Generalitat también dejaría de ingresar cientos de millones). Ahora, el propio Conseller ha dicho que, al final, no se rebajará. Otro despropósito más.

Si, de verdad, la Generalitat no tuviese dinero sería de cajón no cortar aún más los ingresos que recibe porque, si no, aún tendría más problemas económicos.

A todo esto, el President Mas dice que si el Estado le ingresara los 1.450 millones de euros que le debe del Fondo de Competitividad, los recortes no tendrían que ser tan grandes. Y yo me pregunto una cosa: ¿y no podrían ser también menos los recortes si el Govern no hubiera suprimido o quisiera rebajar estos impuestos? Por poner un ejemplo, si no se hubiera eliminado el Impuesto de Sucesiones, no sería necesario hacer recortes en varios hospitales de Catalunya como el de la Vall d’Hebrón.

¿Es necesario dar ventajas económicas y fiscales a los ricos mientras a la clase media y a la clase baja se le están recortando derechos sociales? A todo esto, ¿se tiene noticia de alguna medida que haya planteado CiU para impulsar el crecimiento económico de Catalunya? ¿Han tomado alguna medida anti-crisis, a parte de recortar servicios públicos?

El Govern ya tiene las primeras manifestaciones en contra poco después de haber cumplido los 100 días. Lo malo es eso, que aún nos quedan más de tres años de un Govern que está no perdido, no, está perdidísimo, no sabe qué hacer y lo único que se le ocurre es recortar servicios públicos.