sábado, 19 de julio de 2008

Vuelva usted mañana.

La energía nuclear lleva en caída libre muchos años. Aún así, se continúa sin dar el paso definitivo para cerrar estas centrales que hacen más mal que bien, y apostar definitivamente por una alternativa a esta fuente de energía, como son las energías renovables (solar, eólica, térmica, etc.).

En julio de 2001, la Cumbre de Bonn del Convenio Marco de Protección del Clima estableció que la energía nuclear quedaba excluida de los mecanismos del Protocolo de Kyoto. Es decir, que quedaba fuera como “energía limpia”. Por ende, quedaba fuera de poder recibir las ayudas económicas y financieras que dispensa este Protocolo como, por ejemplo, poder exportar la tecnología a países en vías de desarrollo.

El quid de la cuestión del declive de la energía nuclear se remonta hasta el 26 de abril de 1986, cuando ocurrió la tragedia de Chernóbil. El día en que estalló el cuarto reactor de la central nuclear se supo, por fin, cuán peligrosas son las centrales nucleares. La nube de radiación que emanó la central nuclear se extendió por casi toda Europa. La ciudad de Chernóbil, que daba nombre a la central, fue evacuada en su totalidad y, aún hoy, sus antiguos habitantes, sufren las consecuencias del accidente. En la actualidad, en la ciudad sólo viven científicos especializados en radiación, para estudiar ésta.

Asociada a la problemática de la seguridad, encontramos la de los residuos radiactivos que desprenden las centrales nucleares. La radiación puede durar decenas de miles de años, puede provocar enfermedades varias tales como diversos tipos de cáncer en las personas y no se ha conseguido un sistema fiable y duradero para eliminarlos o, por lo menos, almacenarlos.

Posiblemente por culpa de los dos puntos anteriores, ahora ya nadie se decide a financiar proyectos nucleares pero, de todas formas, ciertos sectores, sobretodo empresariales, siguen empecinados en declarar a la energía nuclear como solución de futuro. ¿Por qué? Sobrevivir. No se sabe bien bien por qué. Pero es así. Por motivos económicos, políticos o los que sean... pero es así. Si no, no se entiende como centrales nucleares en tan mal estado como Santa María de Garoña, en Burgos, o Vandellós-2, en Tarragona, no se cierran de una vez. Sobretodo la segunda, después de haber visto, hace pocos días, que tuviera una fuga radioactiva (felizmente, sin consecuencias). Sorprende también la actitud del Centro de Seguridad Nuclear (CSN), que le permitió seguir con sus actividades aún con el riesgo que conllevaba.

Lo que tampoco se entiende es cómo estos sectores siguen con la patraña de que la energía nuclear es mejor que las energías renovables. Con el lema de “energía nuclear hoy, energía solar mañana”, parecido al “vuelva usted mañana” de Larra, se escudan los pro-activistas nucleares. Lema, por otra parte, que, afortunadamente, cala menos en la sociedad.

Ahora es el momento de elegir. El momento de elegir entre una energía que daña al medio ambiente emitiendo mucho CO2 al día o una energía limpia; entre una energía insegura y poco saludable para las personas o una energía que no contamina, que es segura y que no tiene posibilidades de fuga radioactiva; entre una energía muy costosa (construir una central nuclear cuesta alrededor de 3.000 millones de €) o una energía menos costosa (pasar a que toda la energía proviniera de energías renovables sólo costaría el 5% del PIB); entre la energía del ayer o la energía del mañana; entre la energía nuclear o las energías renovables.

Que se decidan ya, quienes lo tengan que hacer. Y que lo hagan bien.

Noticia relacionada:

http://www.greenpeace.org/espana/campaigns/energ-a-nuclear/greenpeace-y-la-energ-a-nuclea

viernes, 11 de julio de 2008

Poderoso amigo es Don Petróleo.

El poder del petróleo es inmenso. Y, por si alguien no se lo cree, aquí va un ejemplo. Guinea Ecuatorial y Zimbabue son dos países que se asemejan más de lo que parece, aunque las relaciones internacionales con ambos países por parte de Occidente no sea la misma. Los dos países tienen gobiernos autocráticos. En los dos ha habido elecciones claramente manipuladas. En los dos se violan los Derechos Humanos. En los dos hay falta de oposición, etc. Pero en Zimbabue hay presiones internacionales que en Guinea no existen. ¿Por qué? Guinea tiene petróleo. Zimbabue, no. Últimamente ha habido elecciones en Guinea que han dado una clamorosa victoria al partido del presidente Obiang. De los 100 diputados que tiene el Parlamento guineano, el Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE) de Teodoro Obiang tiene 99. El restante es del disidente Convergencia para la Democracia Social (CPDS) que, anteriormente, tenía dos. Resulta cuanto menos sorprendente que la práctica totalidad de la población guineana dé su apoyo al partido del dictador Obiang si las elecciones han sido limpias. Da que pensar que casi el 100% de la población vote a un líder que, con el dinero que recibe del petróleo, no haga mejoras sociales en el país. En Guinea no saben lo que es una librería o una biblioteca simplemente porque no hay. Al igual que tampoco existen en ese país las guarderías públicas ni otros equipamientos sociales. Y eso que Guinea recibe el suficiente dinero por la venta del petróleo como para haber transformado el país por completo y haber dejado de ser uno de los países más pobres del mundo y uno de los que tiene el Índice de Desarrollo Humano más bajo. Otro punto que resulta llamativo es que en Guinea, a parte de que la presencia de la oposición sea mínima (por no decir nula), tampoco hay sindicatos así como asociaciones profesionales ni medios de comunicación que no sean afines al Gobierno y los representantes de la justicia (los jueces) los nombra el Gobierno. Por poner algún ejemplo comparativo, en Camerún (que no es que sea el paradigma de las democracias) hay 50 medios de comunicación no afines al régimen y en Zimbabue (otra dictadura) la justicia es independiente. Llegados a este punto, las preguntas que asaltan son las siguientes: ¿dónde va a parar el dinero que recibe Guinea por el petróleo que vende? ¿cómo puede ser que el PDGE reciba 99 de los 100 escaños del Parlamento guineano? ¿cómo es posible que los principales países del mundo no digan / hagan nada? La respuesta a todo ello la encontramos en el petróleo. Países como EE.UU. reciben el petróleo que emana de Guinea. Y, por supuesto, ¿cómo van a criticar al gobierno que les proporciona una parte de una de sus principales fuentes de energía? Sería absurdo hacerlo. De esta manera, el gobierno guineano puede hacer lo que le venga en gana (manipulaciones electorales, corrupción, etc.) mientras la opinión internacional se tapa los ojos y deja que suceda. Por otro lado tenemos a otro de los países más pobres del mundo, Zimbabue. Como he dicho anteriormente, también es una autocracia, al igual que Guinea. Y, al igual que en la ex - colonia española, hay falta de Derechos Humanos, de políticas sociales, hay muchísima corrupción, etc. En definitiva, que la democracia brilla por su ausencia. En Zimbabue también ha habido recientemente elecciones presidenciales. En este caso, la oposición sí que pudo presentarse y, es más, ganó la primera vuelta. Pero como los resultados no fueron del agrado del presidente Robert Mugabe, éste decidió, después de un recuento que, inusualmente, se alargó más de dos semanas, que a la segunda vuelta sólo podía presentarse él. En este caso la opinión internacional sí que reaccionó, pero infructuosamente. Mugabe es el actual presidente de Zimbabue. En Zimbabue no saben lo que son las políticas sociales porque nunca han tenido. En cambio, la justicia es independiente del poder ejecutivo y legislativo. Eso, como mencioné anteriormente, no sucede en Guinea. Las violaciones de Derechos Humanos en este país son reiteradas, pero en contraposición con Guinea, aquí sí se conoce y se actúa (aunque mínimamente). Mientras Mugabe tiene un tratamiento por parte de la opinión internacional de tirano, Obiang es considerado un amigo (palabras de Condolezza Rice, Secretaria de Estado de Estados Unidos). Mientras en Zimbabue hay falta de democracia y se conoce y se actúa, en Guinea no se actúa. Mientras en Zimbabue hay un país que está detrás que es el que informa de lo que acontece (Reino Unido), en Guinea no. Mientras Guinea tiene petróleo, Zimbabue no. He aquí la comparativa y he aquí la sorprendente (o no) actitud de Occidente sobre estos países. Ahora que cada uno piense lo que quiera.